“¿Es necesario que los niños y las niñas menores de 3 años acudan a la escuela?”
- Laurencia Zavala
- 3 ene
- 4 Min. de lectura

Uno de los saberes culturales que la neurociencia se ha encargado de comprobar que es erróneo, es el argumento de que los niños que acuden a la guardería antes de los 3 años, desarrollan más habilidades. Desde el lenguaje hasta la motricidad, se dice que entre más temprano entren los niños a la escuelita, obtendrán muchos beneficios para vivir en sociedad, como es la anhelada: INDEPENDENCIA.
Nuestra sociedad valora mucho el que los niños alcancen su independencia desde muy temprana edad, como si el hecho de que no expresen emocionalmente que necesitan estar cerca de sus adultos de referencia, fuera signo de mayor madurez emocional.
Desde la neurociencia sabemos que esto no es así. Somos la especie de mamíferos que nacemos de forma más inmadura. Cuando nace un bebé, tiene apenas el 25% del desarrollo completo de su cerebro y necesita de condiciones más o menos iguales a las que tuvo dentro del útero para desarrollarse efectivamente. Este proceso se conoce como “exterogestación”, y se trata de un periodo de 18 meses aproximadamente en el que el bebé necesitará el contacto estrecho físico y emocional con sus figuras de apego para terminar de madurar los sistemas neurológico, endocrino, nutricional y respiratorio.
Otro error es pensar que los niños “se hacen más sociales” al estar más pronto en contacto con otros niños. Es común oír decir a las abuelitas que sus nietos “no saben compartir” porque no están en la guardería, o que no les gustan las otras personas porque pasan mucho tiempo solos con sus padres. La ciencia nos comprueba que la única sociedad que necesita un menor es su familia, pero esto no es lo mismo que criarse en aislamiento. El desarrollo humano es social, necesitamos de convivir con otras personas para aprender de la vida, pero un bebé sin su figura de apego cerca, difícilmente aprenderá de vivir en sociedad al estar solo rodeado de más bebés.
El gran problema que surge para algunas madres cuando se divulga esta información, es que sienten una enorme culpa porque sus niños tienen que estar en la guardería. Si al hablar de este tema he causado este malestar en las madres, me disculpo y reconozco mi error en no compartirlo correctamente. Porque al decir que un bebé no necesita entrar a la guardería antes de los tres años, no implica necesariamente que algo malo le va a pasar si sí lo hace. Y tampoco quiere decir que los padres SÍ necesitemos en ocasiones, que nuestros niños ingresen a la guardería.
Para muchos padres no hay alternativas, y para otros, quizás es necesario por salud mental. Lo importante es saber que para los niños no es necesario, y entonces si vamos a escolarizar a nuestros bebés, podemos hacernos cargo para que sea lo más saludable posible.
Si sabemos que un bebé requiere de una figura de apego para aprender y desarrollarse de manera óptima. Entonces sería importante que vigiláramos si tenemos esa relación con nuestro hijo. Luego, tratar, en la medida de lo posible, establecer un vínculo de apego con la persona que cuidará al bebé. Entre más pequeño sea, el número de cuidadores debería ser menor.
Otra buena opción es compensar ese tiempo que no pasamos con nuestro bebé cuando estamos en casa. Verlo a los ojos, jugar con ellos, dormir con ellos…
En “La casa de mamás” hemos desarrollado dos opciones ideales para asegurarnos del sano desarrollo de nuestros niños. La primera es “Kínder con mamá”. Este es un programa en que un cuidador, que es importante para el bebé de 1 a 3 años, acude con su niño a nuestro centro y seguimos el orden más o menos que se establecería en una escuelita, así lo acompañamos en su aprendizaje mientras convivimos con otros adultos. El juego que ocurre a esta edad con los niños se da en paralelo, cada quien juega solo pero comparte el espacio y permite la observación e imitación mientras los adultos cercanos, modulan estas interacciones.
También hemos diseñado otra opción ideal para las mamás que necesitamos un poco de espacio por las mañana o las que tenemos que trabajar. Iniciamos con el servicio de “Ludoteca” donde nuestra misión es que tus niños se sientan como en una extensión de su casa, que vean a cada miembro de nuestro equipo como una figura de apego en donde, con seguridad, pueden acudir para expresar sus emociones. Hemos normalizado que los niños se queden llorando en la escuelita y creemos que no pasa nada, porque eventualmente lo dejan de hacer, unos más pronto que otros. Que un bebé no llore no signifique que lo que viva no está definiendo su relación consigo mismo y con los demás.
En nuestro programa de ludoteca queremos brindar una separación muy paulatina y respetuosa de los bebés con sus madres. Se va a requerir mucha paciencia por parte de los cuidadores, porque toma tiempo, pero si disponemos de ello, nos irá mucho mejor.
En resumen, para los niños, no es necesario estar escolarizado antes de los 3 años, pero en ocasiones para los padres si lo es, y eso está bien. Si sabemos esto, entonces podemos elegir con más consciencia lo que queremos hacer.
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